La navaja de Ockham, conocida también como principio de economía o principio de parsimonia, es un razonamiento filosófico que indica que, en igualdad de condiciones, la solución o respuesta más simple suele ser la mejor y, por tanto, la más probable. Este principio se atribuye al fraile franciscano inglés Guillermo de Ockham (1280-1349).
Este modelo ha tenido múltiples aplicaciones en una gran variedad de campos, más allá de la filosofía. Por ejemplo, los científicos lo utilizan como regla general para guiarse en el desarrollo de modelos teóricos, pudiendo aplicarse también en otros campos de conocimiento, como son la lingüística, la informática, la estadística, la economía, la biología, la teología, la música, etc.
¿Cómo funciona la navaja de Ockham?
El funcionamiento del principio filosófico de la navaja de Ockham es de lo más sencillo. De las anteriores palabras acerca de la explicación de este modelo se puede extraer una clara deducción: en el caso de que dos teorías en igualdad de condiciones tengan las mismas consecuencias, la teoría más simple será la que tenga más probabilidades de ser la correcta.
Sin embargo hay que tener en cuenta que la navaja de Ockham no es un método científico y, ni mucho menos, es un principio irrefutable. Solo debe ser una guía para elegir entre varias situaciones, ya que no está demostrado que funcione en todas las ocasiones en que se aplica. Y es que el primer conflicto a resolver es determinar cuando algo es simple o no, ya que es algo muy subjetivo que depende de la visión de cada individuo. De este modo, está claro que no existe evidencia de que lo más simple sea lo correcto.
El propio principio de Ockham se encarga de dejarlo claro: «La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera». Por eso, en ciertas ocasiones, la opción más compleja puede ser la correcta. Debemos entender que el sentido de la navaja de Ockham es que en condiciones idénticas, siempre sean preferidas las teorías más simples.
Algunas aplicaciones del principio de Ockham en la actualidad
Aunque a lo largo de la historia han salido muchos detractores de esta teoría filosófica, lo cierto es que hoy en día aún sigue aplicándose en multitud de campos. En experiencia de usuario, la navaja de Ockham es ampliamente utilizada, ya que si por ejemplo, hay más de un diseño con idénticas funcionalidades, según la teoría debe elegirse el más simple.
Asimismo, en economía, el argumento de la navaja de Ockham se usa en la teoría microeconómica referente al comportamiento del consumidor. Al no ser necesaria la utilidad cardinal del consumidor, sino solo la utilidad ordinal para explicar su comportamiento, se elige esta última, por ser la explicación más sencilla de las dos.
Como acabas de ver, la navaja de Ockham tiene muchas debilidades a nivel científico, por ello si va a utilizarse lo ideal es que se haga solo cuando haya evidencias, y sin desacreditar las posibles teorías complicadas, pero que pueden ser igualmente válidas.
Otras definiciones: principio de parsimonia, principio de economía, navaja de Occam, navaja de Ockam, principio de Ockham